Hace unos meses fue el cumpleaños de Andrea y sus padres
querían sorprenderla. Ella no sabía cuál iba a ser su regalo. Lo consiguieron,
cuando lo abrió se quedó con la boca abierta y alucinando, un joyero para todas
sus pulseras y collares. Lo mejor decía ella, ¡y pone mi nombre! Qué bonito,
con los corazones de colores que tanto gustan a las niñas. Gracias papás de
Andrea, ha sido un gran momento.
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