Esta semana ha sido el cumpleaños de Andrea y sus padres querían
un regalo especial. A ella le encantan los caballos, aunque los blancos no, me
dijo. Por eso su madre eligió esta foto, me la envió y concretamos los detalles.
Es el primer caballo que pintó y no será el último. Es de esas cajas que te
impone mucho el motivo a pintar, pero como siempre digo, con la primera
pincelada tienes que dejarte llevar y todo fluye. Andrea y su familia están encantados
y yo más porque son mis amigos y les ha gustado tanto. Gracias y felicidades a
la reina de la casa.
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