Hace ya algún tiempo Ana me encargo una caja, pero no tenía
que ser un joyero como el que le hice a su hija. Ella necesitaba una caja más
grande para poder guardar todas sus cosas. Ya tenía su dibujo elegido, pero vio
este árbol que yo había pintado y le gustó muchísimo más. Me pregunto si podría
cambiar los colores azules de la caja original a los colores amarillo y naranja
que tanto le gustan. Y… por fin tiene su caja. Gracias Ana, por esperarme a
ciegas, te debo un besote.
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